Empezamos este post y nos estrenamos en el blog hablando de un tema que parece muy evidente, la importancia de estar bien asegurado, del cual muchos de los tomadores y asegurados se olvidan cuando contratan un seguro y todos, para bien o para mal, siempre se acuerdan cuando ocurre lo que tememos, el siniestro.
La contratación de seguros, como cualquier otra decisión financiera -bien de una economía doméstica, bien de una economía empresarial- tiene que ser estudiada y planificada, para evitar frustraciones futuras y sobre todo consecuencias económicas perjudiciales. Para ello el asesoramiento de un profesional es fundamental y donde la figura del mediador de seguros juega un papel protagonista.
Pero ¿qué es un mediador de seguros? Oímos hablar de agentes de seguros, corredores e incluso en los bancos también nos venden seguros, pero si preguntamos al ciudadano medio en qué se distinguen, nadie nos lo puede decir de manera certera.
Son profesionales que ofrecen a sus clientes información sobre los productos con los que trabajan. Es decir, solo nos podrán hacer ofertas de seguros de la compañía con la que trabaja y a la que representa.
Por otro lado, están los agentes de seguros vinculados, los cuales trabajan con varias compañías aseguradoras, pero solo para un mismo producto, lo que impide que se pueda comparar un mismo seguro, pero de distinta aseguradora. Esta figura nos la encontramos en la mayoría de los casos en las entidades de crédito y se les conoce como operadores banca-seguros.
Probablemente la más desconocida entre el público general y en cambio, la más favorable para el cliente. El corredor es un mediador independiente ya que no tiene vínculo alguno con la compañía de seguros, pero sí tiene la capacidad de ofrecer al consumidor todas las ofertas del mercado para que estos puedan comparar y elegir el que mejor se adecúe a sus necesidades.
El corredor tiene la obligación legal de asesorar al cliente a través de un análisis objetivo de mercado, lo cual le diferencia con respecto a los agentes de seguros cuya cartera de productos se reduce a los que trabaja con la compañía.
“El corredor es un mediador independiente ya que no tiene vínculo alguno con la compañía de seguros, pero sí tiene la capacidad de ofrecer al consumidor todas las ofertas del mercado para que estos puedan comparar y elegir el que mejor se adecúe a sus necesidades.”
Ahora que tenemos esta información, la pregunta que nos tenemos que hacer es a quién acudo para la contratación de mis seguros. ¿Me dejo guiar por la confianza que me da una marca, una aseguradora concreta?, ¿opto por la “comodidad” de contratar el seguro que me ofrece mi banco?, ¿hago yo la comparación por precio y lo contrato directamente con la compañía más barata?
Todas son opciones muy respetables, y de igual manera que son escogidas por una gran mayoría, son igual de arriesgadas. No hay que dejar de pensar que la contratación de un seguro es una “apuesta” ante la ocurrencia de un evento y en la póliza es donde pactamos las condiciones de esa apuesta.