Por mucho que sea un fenómeno inherente e inseparable a la vida, hablar de la muerte incomoda. Es un tema de conversación inoportuno y gafe por antonomasia. Un auténtico tabú de países desarrollados como el nuestro. Cada país, cada región, cada cultura e incluso cada época tienen sus costumbres, ritos y tradiciones relacionados con la muerte, con el duelo que genera, con los entierros y funerales, y con los casi anacrónicos lutos. Pero si hay algo realmente nuestro, apenas visto por otros lares, es el SEGURO DE DECESOS: una póliza de seguro que se paga cada año para que, cuando ocurra el fallecimiento, costear los muy onerosos gastos del sepelio y que estos no constituyan un problema económico para la familia.
Este seguro tan particular se comercializa en España desde hace más de un siglo con un éxito comercial y un arraigo social incuestionables: casi en la mitad de nuestros hogares hay una póliza de seguro de decesos. Otro dato: siete de cada diez entierros se pagan por un seguro de este tipo.
En España la costumbre de pagar en vida, y en forma de póliza de seguro, los costes del entierro se hereda de generación en generación. Y muchas veces también la aseguradora se hereda. Es una cuestión casi de inercia. Es común que toda la familia tenga contratada la póliza con la misma entidad, porque es “la de toda la vida”. Y el argumento de “cómo voy a darme de baja ahora que ya llevo pagando 20 años y pierdo los derechos”, es tan común como erróneo. La creencia popular de que la antigüedad en una póliza de decesos tiene algún valor o que nos da alguna ventaja es falsa, un mito. Al igual que se cambia de compañía en el seguro del coche o del hogar, en el de decesos también se puede hacer, teniendo en cuenta que el precio no ha de ser el único elemento que determine el cambio de compañía. Hay que comprobar los servicios que se ofrecen y la calidad previsible de los mismos.
Pero, ¿cuáles pueden ser las razones principales para la contratación de un SEGURO DE DECESOS?
1. Una cobertura para momentos difíciles
Contar con la tranquilidad de que, en medio de una situación trágica como es la pérdida de un ser querido, la familia cuenta con el respaldo de una entidad que se ocupa de las gestiones relacionadas con el funeral y el entierro, es un alivio.
2. Cobertura de los gastos de entierro e incineración
Morirse en España no sale barato. Los servicios funerarios básicos cuestan de media algo más de 3.500 euros, según datos de la OCU. No obstante, en las grandes ciudades esta cifra puede hasta duplicarse. Por ejemplo, en Madrid un sepelio completo cuesta entre 5.500 y 7.000 euros. La muerte no avisa de su llegada y la pérdida de un familiar, además del dolor por lo inesperada que es, supone un importante gasto sobrevenido que no todas las economías domésticas pueden asumir fácilmente. Estas pólizas son el instrumento de previsión adecuado con el que el asegurado tiene la oportunidad de ahorrar a su familia un mal trago económico como consecuencia de su muerte. Porque además de cubrir los costes del féretro, debe pagar los del acondicionamiento del cadáver, las coronas de flores, el transporte al cementerio en coche fúnebre, las esquelas, la mesa de firmas, etc.
3. Traslado de fallecido y familiares
Otra de las coberturas que suelen incluir los Seguros de Decesos, y que resultan muy útiles, es la del traslado del fallecido desde el lugar del siniestro. Incluso se puede dar el caso de que el fallecimiento se produzca fuera de nuestras fronteras, lo que complica aún más el retorno del cuerpo. Alrededor de un tercio de las muertes se producen lejos del lugar elegido para el entierro.
En las ofertas de Seguros de Decesos encontramos servicios de traslado del fallecido y garantías que cubren la asistencia a los familiares que tengan que desplazarse para recoger el cuerpo, incluyendo la estancia en hoteles si fuera necesario.
4. Servicios adicionales en el Seguro de Decesos
Finalmente, cabe destacar la amplia oferta de servicios que se han generado en torno a los Seguros de Decesos, que el asegurado puede disfrutar mientras mantiene la póliza en vigor. Quizás los servicios más destacables sean la asistencia para la elaboración del testamento y el asesoramiento jurídico sobre el testamento vital. Además es cada vez más frecuente encontrar servicios dedicados a la gestión del borrado de la vida digital del asegurado en caso de defunción.
La mayoría de las pólizas también incluyen en sus coberturas la tramitación de diversas gestiones relacionadas con el fallecimiento, que abarcan desde la gestión de los trámites burocráticos y legales que acarrea (obtención del certificado de defunción, inscripción del deceso en el Registro Civil, solicitud de la licencia de entierro o incineración), hasta el servicio de asesoramiento fiscal para gestionar el Impuesto de Sucesiones o el asesoramiento legal para guiar a la familia en asuntos que no suelen ser fáciles, como el testamento del fallecido.
¿Hay que vivir cómo si la muerte no existiera? Quizás sea preferible ignorarla.
Ahora, un consejo: si dispone de un seguro de decesos o tiene la intención de suscribirlo, informe a sus familiares, guarde una copia de la póliza, conserve el último recibo y el teléfono al que deben llamar si fallece.
Y viva, efectivamente, como si la muerte no existiera.
Información ofrecida por la Correduría de Seguros Red Mediaria.